10.9.05

Nahuel Pérez Biscayart en el SI de Clarin


NAHUEL PEREZ BISCAYART
VIVIR PARA ACTUAR (o una estrella del futuro)


Con 19 años y una extensa experiencia en teatro y tele, este año filmó ¡cinco películas! Entre ellas El aura, el flamante estreno de Fabián Bielinsky. Mini-bio de un chico destinado a ser figura.

Txt. Florencia Werchowsky.

Un chico al que la mamá lo llevó a tatuarse antes de abandonarlo (¡a los tres años!). Un travesti en proceso (todavía sin tetas, pero ya sin pito) que conoce a padre popstar de grande. Un huérfano internado en un neuropsiquiátrico que es explotado en un campo de rúcula. Un punk cheto de Zona Norte que quiere matar a su papá mafioso. Las orfandades que le tocan a Nahuel Pérez Biscayart en las películas no se parecen en nada al popular modelo de familia ausente de Cris Morena. En esa disyuntiva entre la actuación express de la tele y la rigurosidad del cine o el teatro, Nahuel no descarta ninguna. Se perfila como el nuevo fetiche de las pantallas pero se opone radicalmente a convertirse en un protagonista de telenovelón teen. Aunque cumpla con algunos requisitos: tiene 19 años pero aparenta algunos menos. Los ojos, muy celestes (pero no tanto como el Erreway Benjamín Rojas). Ante la sola sugerencia del tema, desafía con su mejor cara de perversito y hasta da un poco de miedo: "¿Vos me ves actuando en Floricienta? Andate a la...(censurado)...". Puestos a competir, los ítems en su currículum le juegan a favor. Entre filmaciones y estrenos, este año aparece en cinco películas:

Glue, de Alexis Dos Santos (en post-producción). Donde se internó con el equipo durante tres semanas en el árido paisaje de Zapala (Neuquén).
Tatuado, de Alejandro Raspo. Con presentación ilustrada por Sebastián Gordín y música de Daniel Melero. Se estrena el 3 de noviembre.
El aura, de Fabián Bielinsky, donde hace de hermano de Dolores Fonzi. Se estrenó ayer.
La vuelta de Peter, de Nestor Montalbano (¡el director de Todo x $2!). Hace del hijo travesti de Horaio Fontova. En producción-
No fumar es un vicio como cualquier otro, de Sergio Bizzio. La del hijo punk, actualmente en post-producción.
Además se prepara para grabar una sexta (La hermana menor, de Dodi Scheuer).

Mientras, reparte su tiempo entre las funciones en El Camarín de las Musas de la obra Los Mansos, de Alejandro Tantanián, sobre El idiota de Dostoyevski y Una fiebre de tres días, de Lola Arias. En tele ya trabajó en Disputas, Sol Negro, Botines y Sangre Fría, haciendo de un crack de la genética. ¿Cuándo duerme?

En el último tiempo estuvo poco en su casa. Viene de Villa La Angostura. "La pasé bien, esquié como loco, tenía pase gratis. Filmaba un día por semana. No puedo dejar de sentir que perdí el tiempo aunque me hice amigos re grossos: Analía Couceiro, Moro Anghileri, Julián Krakov…".

—¿Y con los más famosos?
—Y... no. Me resulta más interesante conocer a Analía Couceiro que a Juana Viale.

—¿Hay fricción entre los actores de la televisión y los de teatro?
- Es distancia. Hay cosas que no compartís. Yo no podría pasarme seis años de mi vida haciendo una tira diaria. No hay nada más alejado de la actuación que eso. No significa que no pueda convivir con ellos: con Mariano Martínez está todo bien, es un genio, me invitó a su película.

Deja el morral verde militar en una silla de la terraza de la casa en Parque Chas donde vive con sus padres y su hermana mayor. Sirve té de valeriana con galletitas horneadas por él. "Me salieron buenísimas pero están un poco húmedas". Sabe preparar platos con vegetales al wok y lo único que toma es vino tinto (su canal favorito es El Gourmet). Descontrol cero. "Una vez fui a bailar a Sublime, en Cabildo. Me espanté, un horror. Nunca más en mi vida pisé un boliche hasta Requiem. Afinidad musical y estética total".

—Pero no das muy dark...
—Soy un poco dark, me gusta The Cure, Depeche Mode, Bauhaus. En una época me teñía el pelo de negro, pero ya no tengo tiempo. De acá me gusta Loquero. ¡Los amo! Fui a verlos hace poco. Nunca los había visto y lloré todo el recital. El cantante es un genio.

En la primaria Mundo Nuevo (el nombre lo dice todo) tenía teatro como materia obligatoria pero a él le gustaba construir motores y lanchitas de madera balsa. Entonces de primero a tercer año fue a la Escuela Técnica Phillips. "Una privada ortodoxa, conservadora, horrible. Con uniforme y reglas. Si no me iba de ahí, salía oligofrénico". Entonces se pasó a la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano donde "la gente usaba ropa". De la materia obligatoria a la profesión, el recorrido pasa a una historia poco grandilocuente: talleres de teatro con Nora Moseinco, un "tortuoso" casting para una tira de los hermanos Borensztein que nunca se hizo. Y un rumor que empezó a circular en "el ambiente" sobre un chico talentosísimo.

—En la misma semana te vi en una obra de teatro y en la cola de "El aura", en el cine. ¿No te da ansiedad estar a un paso de volverte famoso del todo?
—Ansiedad, sí. No porque quiero que me suceda sino porque me inquieta. La exposición es una consecuencia, no es el fin del trabajo. Además, me puede dar gracia que me reconozcan tres veces. Más, me da miedo.

—Pero ya sobreviviste a la exposición televisiva...
—Sí, pero no pasó mucho más que en el colegio me dijeran "Eh, vos sos el de Disputas".

—¿Eso generaba admiración o suspicacias?
—Se generaba un pequeño revuelo, muy pequeño. Muy.

— ¿Y ayudaba al levante?
— Para nada. Nunca nadie me dijo "me calienta que trabajes en la tele". Para que te pase eso, tenés que ser un Erreway.

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