11.12.06

Un amigo de María Inés dice después de haber visto la última función:

Inés querida,
aunque puedo reiterarte que me gustó mucho Los Mansos, no te escribo para repetir lo que te dije anoche.
Los que hacemos teatro, por lo general vemos bastante teatro. Cosas buenas, otras olvidables. En algunas somos simplemente voyeurs, en otras nos implicamos más. A veces nos divertimos, otras nos emocionamos. Con suerte se dan ambos estados simultáneamente. La mayoría de las veces después nos vamos a comer y al otro día la vida sigue su curso.
Pero en algunas contadas ocasiones nos pasa algo más, algo del orden de lo inefable, diría Saer. Ese fue el efecto post-mansos que tuve. Esta mañana me desperté con imágenes de la obra. Para mí es un indicador de un grado de afectación que se da pocas veces. ¿Será eso que dicen "conmoción estética"?


Podría detenerme a relatarte algunos momentos que me parecieron hallazgos, o climas, etc. Pero no le quiero poner muchas palabras, porque además no las tengo a la mano y prefiero que sea así, contarte simplemente/imprecisamente una sensación. No me refiero sólo a lo que me produjo como actor, o sea a las ganas que dan de trabajar en un proyecto así, sino al hecho de haber disfrutado un trabajo de una sensibilidad tal que -aunque suene algo kitsch o cursi, no me importa- me confirma lo bueno y la alegría que me produce que el teatro forme parte de la vida.
Te mando un abrazo grande a vos y mandales mis felicitaciones a Tantanian y a todo el equipo.

Marcelo.

1 comentario:

Desdichada dijo...

en cuanto esté en bs as, voy a ir a verla.